Pobreza y falta de políticas públicas hieren a nuestra juventud

El 56% de la población tiene menos de 30 años (y festeja hoy su día). A esto se denomina bono demográfico, una oportunidad única que tiene el país de contar con más personas en edad de trabajar y producir. Ese potencial se pierde por la falta de políticas públicas y el alto déficit en salud, educación y empleo.

Según el último informe sobre juventud por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el 55,6% de adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años no asiste actualmente a un establecimiento de enseñanza, lo que implica que más de un millón de adolescentes y jóvenes se hallan fuera del sistema educativo. Solo el 20% tiene condiciones para dedicarse exclusivamente a estudiar.

Otro índice alarmante es el alto porcentaje de embarazo en la primera adolescencia de 10 a 14 años (62,6%), sin control prenatal alguno. El embarazo en este grupo etario por lo general es producto de situaciones de violencia, exclusión y una sociedad profundamente patriarcal. De cada 10 nuevos diagnósticos de VIH, más de 4 corresponden a adolescentes o jóvenes.

Los accidentes y homicidios son las principales causas de mortalidad adolescente y juvenil. Los accidentes explican casi la mitad de las defunciones entre 15 y 24 años. Los homicidios aparecen como una causa importante entre los 25 y 29 años.

Más de la mitad de la población desocupada del país son jóvenes, y 3 de cada 4 jóvenes que trabajan no gozan de los beneficios que proporciona un trabajo formal, como seguridad social y aportes jubilatorios. Y lo peor: el ingreso medio de la población juvenil ocupada es inferior al salario mínimo.

(Abc Color – 21 de setiembre de 2016).