“Las cárceles son coliseos donde a los jóvenes nos tratan como bestias”

Abriendo puertas al encierro, un informe elaborado por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) asegura que, además del 53% de los jóvenes privados de su libertad que afirmaron haber recibido algún tipo de maltrato policial durante la aprehensión, el 34% de la población recluida fue víctima de maltrato y/o tortura dentro de las correccionales para adolescentes en conflicto con la Ley Penal. Darío es uno de ellos.

La primera vez que robó tenía 12 años. No podía ser castigado penalmente; entonces, ligó una paliza policial. Le dijeron que tenía suerte, porque en la cárcel «le iban a meter una estocada». Pero como cualquier adolescente rebelde, dice no haber sabido escuchar.
Hoy tiene 17 y está privado de su libertad en uno de los ocho centros educativos para adolescentes infractores. Su pecado: volvió a robar. Su motivo: la adicción.

«No siempre (nos maltratan). Pero una vez a la semana te pegan mal o te hacen sentir una mierda. Yo aprendí a callarme o si no ligo. Al entrar creí que me ayudarían… (Hace una pausa, suspira un largo rato). Pero la verdad, estas cárceles son como esos coliseos de las películas y a nosotros nos tratan como a las bestias, los leones», reflexiona Darío.

Para Dante Leguizamón, comisionado del MNP, no solo los rastros de tortura física o violencia sicológica, sino que también la violencia simbólica reflejada en la falta de asistencia humana y legal, son realidades que terminan jugando en contra de la reinserción y a favor del aumento de la población delincuencial y presidiaria.

(Última Hora, Iván Lisboa – 19 de julio de 2016).