Damnificados claman por ayuda

Unas 11.890 familias tuvieron que abandonar sus viviendas ubicadas en zonas ribereñas, ante la crecida del río Paraguay. Hoy, un grupo proveniente del barrio Santa Ana está apostado sobre la calle 18 Proyectada, al costado del cementerio del Sur. Otro se asentó a lo largo de 21 Proyectada, del barrio Obrero.

Incómodos por ocupar espacios públicos y en muchos casos reprendidos por los vecinos del barrio, desde hace un año se encuentran en el sitio y las casillas que construyeron, de madera terciada y techo de eternit, debido al tiempo de uso, ya están deterioradas.

Llega el invierno y aseguran que necesitan frazadas, abrigos y reforzar materiales para hacer de sus refugios un sitio seguro ante el frío y la lluvia. Especialmente para los niños y ancianos. Las bajas temperaturas que se registraron en los últimos días los tienen mal debido a la precariedad de sus viviendas.

«A la madrugada nos congelamos, mi hijo casi no tiene abrigo. Meto brasero para calentar la piecita», relató Ana Aquino, quien vive en el refugio con sus pequeños hijos.
Los damnificados reclamaron mayor asistencia por parte de la Municipalidad de Asunción.

(Abc Color – 8 de junio de 2016).