Tal como se diera aquel aciago 1 de agosto del 2004, el dolor, la impotencia y el llanto se hicieron presentes en el acto de evocación del 12° aniversario del incendio del Ycuá Bolaños, realizado ayer en el mismo sitio en el que se mantiene el siniestrado edificio de lo que fuera un supermercado.
La tragedia, que costó la vida a 400 personas, dejó 6 desaparecidos y un tendal de sobrevivientes y huérfanos, sigue generando preocupación en cuanto a las condiciones de seguridad y sistemas de prevención contra incendio (PCI) que deben tener los grandes comercios y la tarea de fiscalización que debe realizar la Comuna capitalina sobre estos.
La crítica a la Justicia no estuvo ausente este año. En un manifiesto dado a conocer por las familias de víctimas, ellas se preguntan si hay algún punto de comparación entre “lo que las migajas que hasta ahora nos dieron como justicia”. Puntualiza que seguirán luchando y exigiendo, ya que están convencidos de que “nada se aprendió del crimen del Ycuá Bolaños”.
El intendente de Asunción, Mario Ferreiro, sostuvo en la ocasión que su administración ejercerá controles más estrictos sobre locales que reciben cada día a gran cantidad de gente y mencionó discos, pubs, hipermercados, shoppings, entre otros. “El olvido es el peor castigo, es una herida abierta en la sociedad, pero justamente debe quedar abierta para que sirva de testimonio y recordar que nunca más debe pasar”, dijo también el intendente durante el acto memorial.
(La Nación, última Hora, Abc Color, Crónica y Popular – 1 y 2 de agosto de 2016).