La pobreza golpea a la infancia

La infancia es la etapa de jugar, estudiar y construir la personalidad. Sin embargo, en Paraguay 43 de cada 100 niños y niñas viven en situación de pobreza, lo que les impide un desarrollo armónico y completo.
Del total de 2.385.240 personas de menos de 18 años, 1.032.475 son castigadas por la pobreza, de las cuales 607.949 (casi el 60%) se encuentran en condiciones extremas, sometidas a graves carencias de alimentación, salud y educación, según datos de La inversión en la infancia, material elaborado por el Frente por la Niñez y la Adolescencia y Unicef Paraguay.
La niñez del área rural es la más afectada: 600.000 niños, niñas y adolescentes padecen de pobreza, de los cuales 68% se encuentra bajo la línea de extrema pobreza. Mientras que en las áreas urbanas alcanza a 435.000 personas de menos de 18 años, de las cuales 46% es extremadamente pobre. El estado de los indígenas es aún más alarmante: la pobreza extrema alcanza al 63% y la no extrema al 77%.
Esta situación obliga a 23,5% de la población infantil a trabajar para ayudar en el sustento familiar, con lo que no solo descuidan los estudios y pierden calidad en la salud física y emocional, sino que se exponen a riesgos, como abuso psicológico y sexual, fatiga, trastornos psicosomáticos, baja autoestima, dificultades de socialización, comportamiento agresivo y antisocial, depresión, drogadicción, embarazo precoz y otros.
Según la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes 2011 (EANA), Paraguay cuenta con 1.880.109 niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad, de los cuales 436.419 (23,21%) realizan alguna actividad económica remunerada.
Algunas de las actividades que ocupan a mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes son: los cultivos (135.531 niños, niñas y adolescentes); servicio doméstico (49.862); cría de animales (45.314); comercio al por menor (48.505); construcción de edificios y obras de ingeniería civil (17.842) y mantenimiento de vehículos (10.438), entre otras.
Esta encuesta, realizada por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censo y la Organización Internacional del Trabajo, revela que 204.978 niños y adolescentes están expuestos a trabajos peligrosos, por tanto prohibidos.
El decreto 4951/05 del Poder Ejecutivo, que ratifica el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo, establece entre las peores formas de trabajo infantil: tareas que requieren uso de maquinarias y herramientas manuales, que emplea a 149.541 niños; actividades que impliquen exposición a polvos, humos y gases, a 124.987 y labores de cuidados de personas y enfermos, 95.051.
Otras ocupaciones altamente peligrosas son: el trabajo infantil doméstico y el criadazgo (57.292 niños y niñas); los trabajos en la vía pública y ambulantes (23.291 niños y niñas) y la recolección de desechos (25.100), entre otros.


Más inversión

Si bien en los últimos años fue creciendo la inversión del Estado en educación y salud, aún se necesita aumentar los recursos para garantizar el bienestar de la infancia, asegura el Frente por la Niñez y la Adolescencia, coalición de organizaciones no gubernamentales y Unicef Paraguay.
Paraguay destina 9,7% de su PIB a la inversión social, de los cuales alrededor del 50% está dirigido a la infancia, mientras que la inversión social de Argentina, Brasil y otros países de la región se sitúa entre el 15 y el 26%. Si se tiene en cuenta que la Unesco recomienda destinar el 7% del PIB sólo a educación, y que recientemente Brasil aprobó destinar 10% a este sector, es evidente que nuestro país debe redoblar esfuerzos por una mayor y mejor inversión social.
La magnitud de la inversión social –y en la infancia en particular– resulta insuficiente, por lo que se requiere aumentar la cantidad y mejorar la eficiencia en la implementación de los recursos, así como la focalización en poblaciones más vulnerables, sobre todo la infancia.
La Semana por los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, que se realiza del 9 al 16 de agosto y lleva el lema Paraguay sin retrocesos es propicia para reflexionar sobre los avances y retrocesos en la protección de la infancia en Paraguay.