En los primeros días de febrero, al menos 8 chicos murieron en comunidades aborígenes de Salta en medio del hambre y el abandono. Según coincidieron especialistas, esas muertes ocurridas responden a varios problemas y demandan una solución que debe tener en cuenta todos los factores. Sin embargo, las coberturas de los diarios no siempre mostraron la realidad en toda su complejidad.
En la edición de febrero de la revista digital Capítulo Infancia X Mes, el Capítulo Infancia de Periodismo Social analizó 45 notas referidas al tema, publicadas por 22 diarios de todo el país entre el 1 y el 14 de febrero en las que el verdadero drama de los pueblos originarios quedó oculto en las coberturas: el nulo acceso de parte de los chicos indígenas al sistema de salud durante toda su vida; la ineficacia de los planes de ayuda social; la existencia de comunidades enteras que en pleno siglo XXI no tienen servicios básicos como el agua potable; la pobreza extrema; la desprotección estatal y la discriminación a la que a veces son sometidos cuando van en busca de asistencia médica.
De esto habló en una entrevista con el Capítulo Infancia de Periodismo Social, el doctor Abel Albino, médico pediatra, presidente de la Coordinadora para la Nutrición Infantil (Conin), fundación desde la que lucha por combatir la desnutrición. Albino, vale aclararlo, fue uno de los pocos especialistas consultados por los medios. En total, la voz de expertos en el tema no superó el 11 por ciento del total de fuentes oídas.
«No sólo de pan vive el hombre. De nada sirve que alimente a un chico si lo devuelvo al ambiente hostil en el que vive. Hay gente que cree que la pobreza es mala distribución de la riqueza, que si vos distribuís la riqueza el problema se acaba. Si usted reparte plata a la gente embrutecida siguen tan brutos como antes, y tan pobres como antes. Lo que hay que hacer es educar, educar, educar», dice y agrega: «Es como si yo quiero cargar un tanque de nafta que está pinchado en 17 lugares, nunca lo voy a terminar de llenar porque se está vaciando, entonces yo le puedo saciar el hambre momentáneo, pero nunca combatiré la desnutrición sino tapo todos estos agujeros. Lo que se necesita es educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardines maternales, jardines infantiles, estimulación temprana, escuelas de artes y oficios, escuelas de educación agraria, lecto-escritura para analfabetos, escuelas para padres, documentación y legalización de la familia. Así se combate la desnutrición: si yo doy de comer y no estimulo sigo teniendo un niño desnutrido».
Sin embargo, los datos que permitan a los lectores entender el problema en toda su complejidad estuvieron prácticamente ausentes.
Según el relevamiento hecho por el Capítulo Infancia de Periodismo Social, apenas el 20 por ciento de las notas profundizaron en la pobreza en la que viven las comunidades indígenas salteñas, el 11,1 por ciento habló del deficitario sistema de salud que debería ocuparse de ellos y sólo el 4,4 por ciento incorporó a las crónicas el tema de las políticas públicas que podrían solucionar el problema de una vez por todas.
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