El impacto de Tekoporã exige más responsabilidad del Estado

La profundidad y la amplitud de estos impactos dependen de las políticas de salud y educación. Una política de protección social, en este caso, tiene como objetivo reducir los riesgos que conlleva estar en situación de pobreza. Niños, niñas y adolescentes en esta situación tienen una alta probabilidad de dejar de estudiar, de iniciarse en el trabajo prematuramente o de exclusión del sistema de salud.

La efectividad de Tekoporã depende tanto del mismo programa como de las políticas de salud y educación, ya que son estas las que deben proporcionar los servicios que no solo son necesarios para el cumplimiento de las corresponsabilidades, sino fundamentalmente porque son derechos establecidos constitucionalmente en nuestro país.

El trabajo temprano es una de las causas de deserción escolar, incide negativamente en la salud y expone a la niñez a riesgos de explotación laboral o sexual. La educación escolar básica y media, así como la atención primaria a la salud deben de una vez por todas ser objetivos prioritarios del Gobierno de manera a que contribuyan a romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza. Si no cumplen con estos objetivos, la lucha contra la pobreza queda en un discurso más de las autoridades de turno.

Los ministerios de Educación y Cultura y de Salud y Bienestar Social deben comprometerse en el corto plazo en la universalización de su cobertura y en el sustancial aumento de la calidad de sus servicios.

(Última Hora – 19 de setiembre de 2016).