La educación sexual permite que chicas y chicos cuenten con herramientas para que sus decisiones sean acertadas y sanas, al prevenir enfermedades y embarazos, alejados de mitos y prejuicios que podrían exponerles a machismo, desigualdad, violencia, enajenación y abusos.
Las etapas de la pubertad y de la adolescencia son periodos de muchos cambios importantes para los chicos, se dan desde los aspectos físicos, hormonales, psicológicos, emocionales, sexuales, sociales, etc. Dejan de ser niños para desarrollarse, convertirse en jóvenes adultos. La manera de enfrentar y de manejar las diferentes situaciones a las que se exponen permitirá que aprendan sobre sí mismos.
La sexualidad se convierte en punto casi central, y no necesariamente solo las relaciones sexuales, sino desarrollar la propia identidad. Descubrir y experimentar sobre la orientación sexual, el autoconocimiento, el placer, los vínculos afectivos y las diferentes relaciones. Es en este periodo que pueden permitirse experimentar todo esto con sus pares, tomar modelos de aprendizaje significativos y repetirlos en sus decisiones posteriores y en la manera de relacionarse.
(Abc Color, fragmentos de entrevista a María Rosa Appleyard – 7 de octubre de 2016).