Una de la prácticas más arraigadas en la cultura paraguaya, pese a ser un tipo de explotación infantil, es el Criadazgo, que va sumando nombres a la lista de víctimas – en su mayoría niñas- pero está lejos de ser erradicado, por falta de reglamentación de las leyes, complicidad de las familias, su fuerte arraigo cultural y la negligente inversión social por parte del gobierno.
“El Criadazgo es una práctica sociocultural que tiene una raíz cultural bastante fuerte, incluso religiosa, porque los menores son entregados al padrino, la madrina, es decir, a un pariente que tiene mejor posición económica”, explica Aníbal Echeverría director de la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA).
Las más recientes estadísticas oficiales datan del 2013, con la base en datos obtenidos durante el 2011, indican que alrededor de 47 mil niños, niñas y adolescentes son víctimas del trabajo no remunerado en estas condiciones. A pesar de esta enorme cifra, el servicio Fonoayuda 147 recibió 97 denuncias entre el 2014 y el 2016.
“Paraguay no cuenta con una legislación específica para el caso del Criadazgo” sostienen desde la CDIA. Agregan que el Código de la Niñez y la Adolescencia este 2017, cumple 16 años sin modificación alguna. Sostienen que existe un apartado que podría encaminar las cosas, el que penaliza el régimen de servidumbre, o como trata de personas.
Igualmente, resaltan que el presupuesto para la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia fue recortado 13% en forma acumulada desde el 2013.
(Abc Color, Oscar Lezcano – 13 de marzo de 2017).