El sueño se acabó y la realidad de campanillas, lecciones, deberes y la kilométrica lista de útiles están a menos de dos semanas de distancia en el sector público. Pero incluso antes de llegar a la instancia de lidiar con lo que se viene a diario, los padres deben hacer frente a lo que significa para sus hijos volver a la rutina de las aulas.
La readaptación muchas veces no va acompañada por la paz, por lo que a tempranas horas del día empiezan los apurones, los regaños, las caras largas y el hastío que se adelanta al año escolar. Otra situación, no ajena al estrés de los preparativos, se da con los que por primera vez asisten al aula. Por lo tanto, estar preparados es una tarea que no debe estar de más.
“Todo niño tiene temor a profes nuevas. Más aún si es que va por primera vez a un lugar desconocido. Lo que deben hacer los padres es explicarles que los docentes son quienes están involucrados en su educación, que serán como sus tutores. Deben saber también que cualquier dificultad que tengan con ellos o con otros niños, tengan la confianza de contárselo a sus padres”, explica la sicopedagoga y docente licenciada Lourdes Centurión Antola.
“Es recomendable estar con los hijos. De repente quedarse un rato, ir a hablar con los profesores. Eso hace bien a los niños, la comunicación. Que vean cómo sus padres interactúan creando vínculos. Eso hace que se sientan seguros de su ambiente escolar”, afirma.
La profesional menciona que otro aspecto importante, desde el primer día, es que el niño asuma responsabilidades. “Ellos deben ser responsables de la mochila, los útiles, el uniforme. Hay que preparar con ellos para que puedan asumir esa responsabilidad a fin de poder disciplinarlos desde el primer día, sobre todo”.
(Última Hora, Carlos Elbo Morales – 12 de febrero de 2017).